jueves, 20 de junio de 2013

Teoría Andragógica

Teoría Andragógica
En el enfoque andragógico el aprendizaje está dirigido al adulto a diferencias del modelo pedagógico. En este modelo el proceso educativo es tan importante como el contenido y los resultados. Puesto que, promueve que el participante se involucre en un proceso ilimitado de renovación individual y social, ayuda a los individuos a aprender, estimula la capacidad de cuestionar para resolver las contradicciones y ambigüedades del pensamiento. En este sentido, Mezirow citado en Andrade (1996:26) considera que el propósito de la educación de adultos es ayudar a los participantes a transformar su manera de pensar acerca de ellos mismos y de su mundo.
Por su parte, Brookfield citado en Andrade (Óp. Cit.)  propone que dicha transformación puede lograrse a través del desarrollo de la competencia de reflexión crítica. El aprendizaje individual significativo conduce a un cambio personal de los participantes y los conduce a redefinir y reinterpretar su mundo, tanto como ocupacional como social.
De ahi que, Knowles citado en Andrade (Óp. Cit.:34)propone las siguientes premisas para diferenciar la Andragogía del aprendizaje tradicional:
1. Los participantes alcanzan la edad adulta, por tanto deben saber por qué necesitan aprender.
2. Estos adultos debe poseer autoconcepto de ser responsables de sus propias decisiones, requieren ser tratados como seres capaces de autodirigirse.
3. El adulto acumula una creciente reserva de experiencia, lo que se convierte en un gran recurso de aprendizaje.
4. La disposición para aprender es un proceso en el cual los adultos están conscientes de su capacidad de aprender aquello que necesitan saber y poder hacer, para enfrentar exitosamente sus situaciones de la vida real.
5. Los adultos están motivados para aprender algo que aplicarán para resolver situaciones reales.
Ante estas consideraciones, la teoría andragógica fomenta la autorrealización del aprendizaje en función de los siguientes principios básicos:

La Participación: favorece la igualdad de oportunidades en un proceso democrático de reflexión y toma de conciencia. Este principio se basa en hacer que los estudiantes sean activos y que sepan compartir con responsabilidad la toma de decisiones, para lograr este objetivo se requiere de disciplina, confianza en sí mismo, estímulos y motivaciones.
La Horizontalidad: permite que facilitador y participante interactúen en condiciones de igualdad en un ambiente donde juntos arriban al conocimiento de la realidad. Este principio se basa en la relación que existe entre los estudiantes del programa, asumiendo actitudes de trabajo cooperativo, respetuoso, responsable, solidario y de compromisos para el  logro de objetivos y resultados exitosos.
Libertad Individual: la igualdad de los sujetos del proceso no anula los derechos individuales sino que le permite al adulto construir, en función de sus necesidades e intereses, su propio espacio de acción y crecimiento dentro del grupo de aprendizaje.
Experiencias: las vivencias acumuladas en el transcurrir de la vida van acumulando conocimientos, habilidades y destrezas que contribuyen a enriquecerlos o dinamizar el proceso de aprendizaje de todos los miembros del grupo que aprende.
Flexibilidad: facilitador y participante deben permitir en el tiempo y en el espacio adecuación de las actividades de aprendizaje a las necesidades e intereses del participante. bajo este contexto, la teoría piagetiana nos sirve de base para diferenciar los modelos pedagógicos y andragógicos del aprendizaje. Esta teoría está dirigida a explicar que el desarrollo cognoscitivo del ser humano está regulado por el crecimiento progresivo hasta alcanzar la maduración. Este hecho es observable en todas las especies animales, donde la edad está condicionada exclusivamente al crecimiento y desarrollo biológico; distinto al ser humano, en que el desarrollo abarca además la vida psíquica y social.
No obstante, el ser humano está sometido a las leyes biológicas de cualquier especie animal; pero nos diferenciamos de la irracionalidad porque somos capaces de pensar, con el adiestramiento en las primeras etapas de su vida, es capaz de liberarse porque piensa y razona, posteriormente del proceso de acondicionamiento a que es sometido.
Además, la educación y aprendizaje del adulto no están subordinados al grado y nivel del desarrollo cognoscitivo, por cuanto la estructura mental básica, es decir, la conducta inteligente y pensante, ha logrado la madurez definitiva. En el entendido que, el ser humano en su pre-adultez está en posición de la conciencia vital que le permite no sólo adquirir conocimientos de cualquier naturaleza, nutrir y enriquecer su mundo interior, sino también conducir las actividades de aprendizaje intelectual, afectivo o motriz, sin limitaciones que no sean aquellas inherentes a la naturaleza genética.
Por lo tanto, así como la educación de la niñez requiere de una teoría de la enseñanza para ayudar a organizar, administrar y realizar los aprendizajes, la educación de los adultos está fundamentada en una teoría de aprendizaje que de acuerdo a, Alcalá (1999: 54), facilite la adquisición progresiva de conocimientos que fuercen sus motivaciones interiores hacia el logro de sus objetivos educativos. Se trata sencillamente de adecuar la naturaleza psico-biológica del adulto, las situaciones de aprendizaje para alcanzar un rendimiento óptimo.
Ante estas consideraciones, se ha observado que los aprendizajes que realizan los adultos obedecen a diversos intereses que satisfacen necesidades estimuladoras de sus reacciones volitivas. La disposición de aprender en el adulto requiere de una acomodación tanto física como mental, donde la primera exige de la segunda una integración asociada para alcanzar un resultado, el aprendizaje.  
Esta aseveración es fácil de entender, si se acepta como válida la teoría piagetiana del desarrollo cognoscitivo.
A manera de conclusión, se puede decir que la teoría andragógica no necesariamente este asociada a una educación a distancia, por cuanto esa última está basada en la aplicación de la tecnología en el aprendizaje, sin limitación de lugar, ocupación o edad de los estudiantes; por tanto está referida a aquellas formas de estudio que no son guiadas o controladas directamente por la presencia de un profesor en el aula, sino que más bien se beneficia de la planificación, del material didáctico específico o de la guía tutorial, siendo su fin la educación permanente y abierta de adultos.